Un buen aislamiento del hogar reduce el consumo de calefacción entre un 20 y un 40%, e incluso puede también reducir la necesidad de refrigeración en verano.
Para evitar la entrada de frío en invierno, hay que colocar aislamiento en el interior de las paredes de fachadas orientadas al norte; y para evitar la entrada de calor en verano, hay que colocar el aislamiento en el interior de las paredes de fachadas orientadas al sur y al oeste.
Se deben aislar también los techos de las viviendas unifamiliares o áticos. En una casa unifamiliar, el aislamiento es, por orden de importancia: techo, paredes y suelo.
También se debe poner aislante alrededor de los depósitos y tuberías de agua caliente.
Hay que evitar poner como aislamiento espumas que contengan gases perjudiciales para la capa de Ozono.