viernes, 19 de noviembre de 2021

Usos comunes de la domótica en el hogar

Las aplicaciones domóticas típicas en el hogar son:
  • Detección de inundación, con cierre automático del suministro de agua, mediante electroválvulas.
  • Detección de humos y gases con disparo de sirena y aviso telefónico, tanto al usuario como a central receptora de alarmas, en su caso.
  • Detección de robo o intrusión mediante sensores volumétricos con avisos telefónicos, tanto al usuario como a central receptora de alarmas CRA.
  • Control de climatización zonificada de la vivienda, mediante bomba de calor; tanto para proporcionar calor como frío. Se consigue la temperatura ideal, lo mismo en invierno como verano, con el consumo más reducido.
  • Control de persianas motorizadas, tanto individualmente como por zonas, grupos o general.
  • Se podrá actuar sobre los controles o mecanismos de manera manual (interruptores o pulsadores) y además a través del teléfono propio de la vivienda (DECT inalámbrico), o desde un teléfono exterior (móvil), con confirmación de órdenes por parte del sistema mediante menú vocal.
  • Sistemas de detección de intrusión, acceso por código de seguridad, oponiéndose a la violación de la vivienda, con detectores perimétricos. Estos sistemas de intrusión funcionan aún en condiciones de corte de electricidad gracias a la alimentación del sistema a través de un S.A.I. (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) que lo mantiene operativo.
  • Aviso telefónico de detección de falta de suministro eléctrico general, útil si tenemos mucha comida en la nevera.

Ahorro energético gracias a la Domótica

La domótica en nuestra casa nos va  a  permitir hacer la vida cotidiana más fácil y, además, gracias a la tecnología vamos a poder ahorrar.

En primer lugar, la domótica permite hacer de forma muy sencilla la zonificación térmica de la casa, de manera que cada estancia  tenga una temperatura adecuada a la hora del día, a la ocupación y al uso que tenga.  

Además, la domótica permite conocer al usuario en todo momento el consumo eléctrico y la potencia que se está consumiendo en su casa, de forma que pueden establecerse alarmas que eviten excesos de consumo. Conociendo la relación entre la temperatura de la casa y el consumo de energía es posible además modificar patrones de consumo y realizar una mejora continua de la eficiencia energética.

Ahorrar luz con las placas de inducción

Las placas de inducción son una verdadera revolución en la cocina que nos permite gastar menos electricidad y nos proporcionan más seguridad frente a accidentes.

Estas placas aprovechan toda la energía y evitan fugas de calor. Son más rápidas ya que alcanzan en menos tiempo la temperatura correcta.

Si separas el recipiente de la placa, ésta deja de generar calor, de esta manera puedes estar tranquilo de que no gastas de más ni vas a dejarte el fuego encendido.

La única desventaja es que su precio es más elevado que las vitrocerámicas normales y que tendrás que comprar los recipientes adecuados.




Consejos para ahorrar en el uso del lavavajillas

El lavavajillas es un electrodoméstico que gasta mucha energía sobre todo debido a la temperatura con la que lava. Pero no todo depende de la temperatura del agua, conocer las características del lavavajillas que más te conviene también puede hacerte ahorrar dinero. 

1.-Elige bien el tipo de lavavajillas que quieres: de 45cm o de 60cm. El primero dispone de una capacidad para 9 servicios, y el segundo para 12. Si somos sólo una persona en casa o hasta 2, uno de 45cm puede ser suficiente.

2- - Compra un lavavajillas con un buen etiquetado energético; es decir "A". Pero cuidado con este tema, porque  una cosa es que un lavavajillas gaste poco, y otra es que además de gastar poco, lave y seque la vajilla correctamente. Por eso, asegúrate que el lavavajillas que adquieres sea "AAA" o bien tenga un etiquetado equilibrado tipo "AAB". Hay que tener en cuenta el significado de las tres letras del etiquetado de un lavavajillas: la primera si gasta poco o gasta mucho, la segunda si lava bien o lava mal, y la tercera si seca bien o seca mal. Por eso, cuidado en el punto de venta; si ves anunciado un lavavajillas solamente "A" debemos informarnos de cómo son el resto de letras.

3.- Llenar el lavavajillas al máximo. Cuanto más lleno, más aprovechamos el lavado. Pero conviene no obsesionarse en exceso con este tema: un lavavajillas medio lleno seguro que gasta menos agua que fregar a mano esas mismas piezas de vajilla. Además, los lavavajillas presentan en ocasiones funciones de "carga variable" que adaptan los consumos a la carga detectada.

4.- Conviene usar los programas "eco". Estos programas son más largos, sobrepasando normalmente los 120 minutos. Sin embargo, consiguen importantes ahorros de energía y alcanzan muy buenos resultados de lavado y secado.

5.- Usar programas intensivos o de altas temperaturas cuando es necesario. Es decir, sólo cuando pensamos que los restos de suciedad en sartenes o utensilios similares son muy fuertes, muy secos... En esos casos, se ahorra más usando un programa intensivo de 65º C o de 70º C, que repasando las sartenes en el grifo.

6.- No abuses del detergente. En el mercado existe detergente en pastillas que incluye la cantidad óptima de detergente.

7.- No es necesario pasar los platos por el agua del grifo antes de introducirlos en las cestas. Únicamente se deben eliminar los residuos sólidos en la basura, pero no es necesario aclararlos con agua. Si el lavavajillas es de buena calidad, si ponemos todos los platos y cubiertos correctamente en las cestas y usamos un programa suficientemente fuerte, el lavavajillas se encargaría de todo.

8.- Compra un lavavajillas de calidad. Al final, si ahorramos dinero y compramos un lavavajillas que no quita bien la suciedad, acabaremos fregando sartenes a mano y remojando los platos en el grifo antes de meterlos en el lavavajillas. Y sin duda, eso es lo que más gasta.

Cómo ahorrar luz en el uso del termo eléctrico

Consejos para ahorrar energía en la utilización de un termo eléctrico:
 
1. Regular la temperatura de acumulación, mediante el termostato, a la mínima compatible con el uso (40-45ºC). 
2. Utilizar un programador en el enchufe para desactivarlo durante los períodos de no utilización. 
3. Debe instalarse lo más cerca posible del lugar de uso (del baño y de la cocina) para reducir la longitud del tubo y el agua que se pierde esperando a que llegue la caliente. 
4. Colocar algún sistema de ahorro en los grifos del hogar, como economizadores o atomizadores de agua, lo cual supone una pequeña inversión de cerca de 10 € con la que conseguimos una reducción de hasta el 50% en el consumo del agua.

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