Lo normal es colgar una lámpara del techo en la parte central de la estancia. Desde este lugar, el foco consigue una iluminación regular y homogénea sobre todos los espacios de la habitación.
Necesitarás:
Hembrilla con taco caucho, que aumenta su diámetro para fortalecer el ajuste una vez instalado en el techo.
Hembrilla con pieza basculante, ideal para falsos techos.
Tacos de expansión (los hay de plástico para techos blandos y de metal para techos de hormigón o cemento).
Primero pelamos los cables que conducen la corriente eléctrica por el techo, conectándolos después a una regleta. El número de cables varía dependiendo de la cantidad de luces o del tipo de lámpara que queramos instalar.
Después se coloca el taco de expansión -con la placa correspondiente, si es que tiene-, utilizando la taladradora con la broca adecuada (widia) para hacer el agujero. Cuando no hay caja para empotrar la lámpara, normalmente nos encontramos sólo un tubo que oculta los cables. En este caso, el hueco para el taco tendrá que estar separado unos centímetros del tubo.
Lo más habitual es que las lámparas incorporen una especie de capucha que facilite la sujeción a la hembrilla y que permite conectar los cables correctamente. Ahora sólo nos resta acoplar el capuchón de la lámpara al techo con firmeza y el trabajo se habrá realizado correctamente.
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