El baño y la cocina son los lugares donde más accidentes se producen, ya que es allí donde se concentran riesgos potenciales, como fuentes de frío y calor, aparatos eléctricos y sustancias químicas corrosivas.
Ya se trate de una quemadura térmica, eléctrica o química, lo primero es interrumpir el contacto entre el agente causante y el organismo. A continuación, se recomienda aplicar abundante
agua fresca sobre la zona afectada ya que esto permite retirar los restos del agente causante, disminuye la inflamación y alivia el dolor.
Si la lesión es leve, puede aplicarse un
antiséptico y un apósito para reducir el riesgo de infecciones. Eso sí, hay que hacerlo unas horas después del accidente, cuando se haya reducido la inflamación y el dolor.
Decir que la pasta de dientes, que se utiliza a menudo por su efecto refrescante, lo único que consigue a medio plazo es "irritar la zona.
En general, las quemaduras extensas deben ser siempre atendidas en un hospital.
Se recomienda pedir ayuda médica cuando las quemaduras se han producido por electricidad o tras haber ingerido sustancias corrosivas y si durante el accidente se han respirado humos. Lo mismo ocurre en el caso de que hayan resultado afectadas la cara, genitales, pies o manos de la persona y siempre que el afectado padezca alguna enfermedad crónica grave, como una cardiopatía o un trastorno respiratorio.En todos estos casos, es recomendable cubrir la zona quemada con paños mojados y trasladar al afectado al hospital lo más rápidamente posible.